domingo, 5 de agosto de 2007

¿De quién es el verdadero código?

Días atrás HBO estrenó El Código Da Vinci, súper producción que, más allá de contar con un elenco estelar, se anunciaba como la historia más polémica de los últimos tiempos. La razón: la cinta descubre que la esencia del cristianismo no es más que una gran mentira, ya que Jesús habría tenido desendencia la que vivíría hasta nuestros tiempos. Cierto o no, el filme provocó una respuesta, a mi juicio, casi desesperada de la Iglesia Católica a la que yo creo pertenecer, hecho que sin duda amplió mi interés en el área. ¿Será que realmente existen cosas ocultas que no se han revelado sólo para que la iglesia mantenga su poder? ¿Por qué tanto temor a que se presenten películas o programas dónde se cuentiona la "verdad" de la iglesia? ¿Es acaso tan frágil la fe de los católicos que un libro puede acabar con ella?.
Lo cierto es que El Código Da Vinci, como el Evangelio de Judas, y el último documental de James Cameron sobre la tumba de Jesús (transmitido por TVN, hace dos domingos), es sólo la punta de un iceberg de temores, dudas y secretos. Ejemplo de ello son las críticas que recibió la película protagonizada por Tom Hanks antes de ser estrenada y el llamado a no verla. Si hasta en nuestro país algunos mal llamados comentaristas de cine contaron el final de la cinta para que no tuviese el efecto esperado o para que los chilenos no fueran a las salas de cine. ¿Será que acá la Iglesia también actuó? Lamentablemente las dudas son muchas y las preguntas muy pocas. Soy creyente, lo reconozco, y creo que el problema en todo esto radica en el anhelo de dominio, de sometimiento, de "tener la verdad" de unos cuantos. Creo en Jesús y me encantaría saber que fue papá junto con entregar todas sus enseñanzas ¿acaso eso es incompatible? ¿Por qué tanto miedo? Quizás la verdadera trama de intriga y traición no está ni en los libros ni en las películas, sino en la ambición de una cúpula que quiere hacernos creer que la realidad es la que ella presenta. Dejo la puerta abierta, usted tiene la capacidad y quizás la obligación de sacar sus propias conclusiones....

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