
Es una historia simple, fantástica, que a través de una buena edición, personajes "queribles" y situaciones cómicas, lidera el rating.
Así es Lola, la serie que reemplazó a la lacrimógena Papi Ricky y que abrió la discusión sobre la brujería. Pero más allá de que la sintonía le acompañe (pudo haber sido un gran fracaso y ahora todos la hubiesen destruído, como lo que pasó con Descarado), el tema central de la historia no es la de un hombre en el cuerpo de una mujer, sino es el gran peso que lleva en sus hombros Blanca Lewin. Es el centro de la trama y aparece en la mayoría de las escenas. Simplemente una gran actriz, íntegra, que deslumbra con su carisma y manera de enfrentar los personajes. Da gusto verla, y creo que ésta teleserie es sólo la guinda de la torta para una carrera que sólo habla de elogios.
Desde sus tímidos comienzos en TVN, con teleseries como Tic Tac, pasando por personajes claves en Romané (Milenka) y Los Pincheira (la turca Samira), dio ejemplos de actuar bien sin ser de una belleza física extrema. De hecho, cuestiono quién podría haber personificado a Lola dentro del elenco de canal 13, que en el segundo semestre carece de rostros importantes.
El mayor golpe, no obstante, no lo sufre Amor Por accidente (pese al nombre, su historia es rápida y atractiva), sino TVN en general. Es una pena que haya partido y que en otro canal, y no en el que la cobijó por tantos años, haya encontrado el reconocimiento máximo.
Aún queda mucho, a disfutar Lola, a seguir descubriendo a Blanca Lewin.
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